Hervir
Los alimentos se echan en un recipiente en el que hierve
algún líquido y se dejan en él hasta que están
cocidos. El líquido puede ser agua, caldo, leche, etc.
Es importante el tiempo de cocción. Las pastas deben
vigilarse para lograr que se hagan en su punto; las
verduras no deben de hervirse mucho, para que no pierdan
sus sales minerales y vitaminas; y las legumbres, tubérculos
y frutas deben controlarse para que no se deshagan.
Freir
Los alimentos se introducen en aceite o grasa caliente y
se escurren cuando la superficie toma un color dorado.
El aceite puede volver a usarse siempre que sea de muy
buena calidad, que no queden residuos en él y que no se
haya quemado.
Guisar
o estofar
Los alimentos se saltean en poco aceite al principio
para después agregar líquido a medida que sea
necesario. hay que prestar atención al orden en que se
van incorporando los ingredientes y calcular bien tanto
la cantidad de líquido que va a hacer falta. Se debe
cocinar a fuego lento, vigilando que el líquido no se
consuma del todo para que la comida no se pegue al fondo
del recipiente.
Hornear
Los alimentos son sometidos durante algún tiempo a
temperaturas más o menos altas dentro del horno
precalentado. El exceso de cocción deshidrata los
alimentos y puede llegar a carbonizarlos.
Asar
Las carnes de todo tipo, y algunos otros alimentos, se
asan sobre una rejilla metálica con el calor directo de
brasas de carbón o leña. Es un método ideal para el
aire libre, aunque existen sustitutos para interior como
la parrilla del horno y la plancha. La cocción debe ser
lenta y el punto exacto. El asado es la manera más sana
de cocinar carnes porque les hace perder casi toda su
grasa
Rehogar
Es una forma de freír un poco los alimentos -
principalmente verduras- para a continuación
incorporarlos a otra preparación