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jueves, 20 de diciembre de 2012

Sobre la cloración del agua para su potabilización

Este es un interesante artículo sobre el sistema que se usa mayoritariamente para potabilizar el agua de consumo humano. Es pelín largo pero vale la pena leerlo.


El cloro y la salud


Un estudio realizado por el Consejo para la Calidad del Medio Ambiente de los Estados Unidos de Norte América, demostró que el riesgo de cáncer entre quienes beben aguas clorada es un 93 % más alto que entre aquellos cuya agua no tiene cloro.

"El nivel de sustancias químicas tóxicas ingeridas dentro de la propia casa, ya sea por respirar, comer, beber agua o por absorción de la piel; convierte al hogar en un vaciadero de desperdicios tóxicos de mayor envergadura de la que podría otorgarle ninguna planta química de las inmediaciones. Asimismo, se sospecha que la ducha es la causa primaria de los elevados niveles de cloroformo en casi todas las casas, como consecuencia del cloro contenido en el agua."

Lance Wallace, científico de la EPA (Agencia para la Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos de Norte América).

"Beber agua corriente tratada con cloro, es peligroso sino mortal para su salud. Con solo una simple precaución - beber únicamente agua no clorada - puede salvar a miles de personas de enfermedades del corazón y del cáncer, los dos mayores asesinos degenerativos en los Estados Unidos de Norte América."
Martín Fox, médico ("Aguas Saludables para una Vida más Sana").

"Pero nada, repito, nada, puede negar el hecho incontrovertible de que la causa básica de la ateroesclerosis y de los cuadros clínicos resultantes tales como ataque cardíaco y la forma más común de apoplejía, es el cloro: el cloro contenido en el agua que ha sido sometida a proceso de potabilización."
Joseph M. Price, médico ("Coronarias, Colesterol y Cloro").

"Cuando las aguas naturales son tratadas con cloro y entran en contacto con sustancias con presencia de humus (como los restos vegetales, por ejemplo), se producen los llamados trihalometanos."
Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de Norte América.

"Los trihalometanos en general y el cloroformo (conocido cancerígeno) en particular, se encuentran en el agua potable como directa consecuencia de la práctica de la cloración, medida de salubridad pública aplicada desde largo tiempo atrás para la desinfección del agua potable".

Francis T. Mayo, Director (del Laboratorio Municipal de Investigaciones en Medio Ambiente Estados Unidos de Norte América).

Mecanismo de acción.
El agua de la naturaleza debe ser potabilizada para poder ser consumida en cada uno de nuestros hogares. Previo a este proceso, el agua contiene material en descomposición y bacterias.
Las bacterias metanogénicas pertenecen al grupo de las bacterias que realizan la descomposición de la materia orgánica (la materia orgánica es aquella que proviene de excretas de animales y el hombre, restos de animales y vegetales, desechos industriales, componentes de la tierra, etc.), dando como uno de sus productos finales: metano.
En el proceso de potabilización se agrega al agua hipoclorito de sodio. De esta manera se produce la formación de trihalometanos (metano más elementos halógenos, oxidantes) en el agua.
Los trihalometanos (por ejemplo el cloroformo) son compuestos altamente tóxicos y por lo tanto indeseables ya que aceleran el envejecimiento y producen cáncer.
El riesgo de cáncer en los humanos debido a la cloración del agua de consumo ha sido evaluado en distintos estudios:

  • La incidencia de cáncer de colon fue mayor para personas que bebían agua clorada, que las que no la bebían, en una relación aproximada de 2,5 veces más para las primeras.
  • La incidencia de cáncer de vejiga (2,3 veces mayor) sobre grupos de sujetos que recibieron agua clorada, de otros que bebieron otro tipo de agua.

Se demostró además que la toxicidad de los compuestos clorados presentes en el agua produjo cambios en la información genética de las células.

La célula es el elemento fundamental de los organismos vivos; forma los distintos tejidos (por ejemplo: piel) y es la parte más pequeña dentro de un organismo vivo que puede, por sí sola, cumplir con las funciones vitales como son: nutrición y reproducción. La información genética registra toda la información necesaria para su normal funcionamiento. Si no es exacta, habrá cambio de órdenes o de actitudes frente a una determinada situación.

Los orígenes del cáncer son alteraciones a nivel del material genético de las células, provocada por alguna sustancia o agente. Existe una desregulación en el crecimiento de las células afectadas, crecen con mayor velocidad que las células normales y también alcanzan tamaños mayores que éstas; propagan esta información "fallada" a otras células del organismo y cuando tenemos estas células transformadas, estamos en presencia de un tumor.

Sobre muchos de los compuestos, que se encuentran dentro de los trihalometanos, ya existen evidencias suficientes y comprobadas sobre su poder cancerígeno sobre seres humanos.
Esta acción es puesta de manifiesto a través del mecanismo de radicales libres, los cuales atacan la "inteligencia" de la célula: el núcleo (recordar el mecanismo de acción de las cloraminas).

Cloración de aguas de consumo.

El cloro es el principal agente desinfectante usado para potabilizar agua para el consumo humano. No elimina contaminantes químicos, solo va a actuar sobre microorganismos: mata a bacterias patógenas, virus y amebas contaminantes, que pueden producir por su ingestión las denominadas enfermedades hídricas en el hombre.
Las "amebas" son animalitos microscópicos que pertenecen a los denominados protozoarios, responsables, principalmente, de infecciones intestinales muy graves.
Generalmente se usa "hipoclorito de sodio", que es la especie química que tiene realmente acción desinfectante. Comercialmente llega a nosotros como lejía, con distintas marcas. Las lejías concentradas declaran en su envase, generalmente, una concentración de 8 %, pero en la mayoría de los casos no tienen ese contenido por evaporación natural.
El cloro, al combinarse con el agua, da ácido hipocloroso que es la forma activa.
El hipoclorito de sodio en agua, da ácido hipocloroso e hipoclorito que son los que ejercen acción desinfectante.
La acción bactericida (cuando se produce "muerte" de bacterias) va a depender entre otras cosas de:



  • pH: es una medida de la cantidad de iones hidrógeno (H+) que presenta una solución (en este caso, el agua) y, de acuerdo a su valor, cambian las propiedades de esa solución. Los valores en que se expresan van del 1 al 14.
Se considera:
pH neutro, cuando el valor es 7.
pH ácidos, cuando el valor es menor que 7.
pH alcalinos, cuando el valor es mayor de 7.
A pH más ácidos (menores de 7), el cloro tiene mayor poder para eliminar
Microorganismos.



  • Contenido de materia orgánica: (la materia orgánica es aquella que proviene de excretas de animales, restos de animales y plantas, desechos industriales, componentes de la tierra, etc.) En presencia de un "exceso de materia orgánica" el cloro se "liga" o "combina" con el exceso de materia orgánica y como consecuencia de esto tenemos una menor cantidad de cloro para que reaccione con los microorganismos (bacterias, virus, amebas).
La higienización del agua, ¿una necesidad o un riesgo?.

El agua que sale por nuestros grifos es un producto que pretende inicialmente y, como objetivo fundamental, no desencadenar ningún problema de salud pública. Este objetivo se ha conseguido, después de muchos siglos en los que ha estado implicada en el inicio o transmisión de una gran cantidad de brotes epidémicos gracias al empleo, entre otros, del hipoclorito sódico. Un estudio reciente, sin embargo, ha cuestionado su uso por el riesgo que implica la formación de subproductos potencialmente tóxicos.

Durante siglos se observó la presencia de cólera en toda Europa sin conocer cuál era el agente causal, hasta que se evidenció que la fuente de diseminación de la infección era el agua, que actuaba como vector del vibrión colérico. Hoy en día este problema no existe en ninguno de nuestros países porque, entre otros motivos, los microorganismos en el agua de consumo se eliminan gracias a la adición de sustancias potabilizadoras o higienizantes.
La importancia del agua como agente transmisor de enfermedades ha quedado demostrada en más de una ocasión, incluso en tiempos recientes. Así se evidenció, por ejemplo, en los años noventa, cuando se declaró un brote en Estados Unidos que afectó a 400.000 personas en Milwaukee. El producto implicado fue el agua y el agente etiológico Cryptosporidium.
Además de estos claros ejemplos hay que destacar la presencia de otros microorganismos como enterobacterias (Escherichia coli, Salmonella y Shigella, entre otras), bacilos (entre ellos patógenos como el Bacillus anthracis, responsable del carbunco o ántrax) o virus (hepatitis A y virus tipo Norwalk).
Hoy por hoy, la única manera de asegurar la seguridad del agua es su tratamiento mediante sistemas de potabilización química. Esta potabilización sólo se practica a las aguas de consumo urbano.

¿Por qué se contamina el agua?

El agua que discurre por los cauces naturales, desgraciadamente, no suele cumplir unos mínimos higiénicos que permitan su consumo sin riesgo sanitario. El agua, por definición, ha de ser incolora, inodora e insípida. Sin embargo, se le añaden multitud de contaminantes orgánicos.
En los nacimientos de los ríos el agua es segura, pero a medida que va descendiendo por su cauce encontrará restos de materia fecal animal, excrementos que se entienden como restos naturales que proceden de animales que pueden estar enfermos o ser portadores de enfermedades peligrosas (tuberculosis, brucelosis, carbunco, infecciones de piel con abcesos o bolsas de pus). Esta contaminación se diluye en el agua y no se ve, pero puede provocar enfermedades.
Conforme este cauce discurre, incluso por parques naturales controlados, puede contactar con cadáveres de animales que poseen una elevada contaminación, materias fecales procedentes de núcleos urbanos no bien depurados o de explotaciones agrarias o ganaderas. Del mismo modo, la agricultura biológica propugna el uso de abonos naturales, entre los que se pueden considerar materiales fecales, con elevada contaminación. Estos microorganismos pueden pasar al agua y de aquí ser distribuidos a núcleos de población importantes.
Como podemos ver, en la sociedad moderna, la contaminación del agua no sólo es posible sino cierta, lo que indica que su consumo sin tratar es un riesgo de primer orden.

¿Cómo se trata el agua?

Diferentes han sido los tratamientos propuestos para la higienización del agua. Entre los más empleados, se encuentran la cloración y la ozonización. La primera se emplea en la mayoría de los países, ya que el hipoclorito es altamente eficaz y no es caro, asegurando una adecuada desinfección del agua de consumo. Hay que destacar que el hipoclorito es capaz de eliminar grandes cantidades de bacterias, virus, hongos e incluso parásitos.
El país que emplea el hipoclorito de forma más generalizada, a elevada concentración y aplicándola en todos los niveles es USA. En Europa, todos los países mediterráneos y el Reino Unido emplean el hipoclorito de forma generalizada, mientras que los países nórdicos y Alemania no lo hacen debido a que no aceptan de buen grado el aroma y sabor a potabilizante que le confiere el cloro. Para desinfectar el agua suelen emplear la ozonización, pero este tratamiento no es completamente eficaz y, en consecuencia, se consume agua embotellada por gran parte de la población.
Por otra parte, se pide que el tratamiento no dure un tiempo excesivo, ya que la demanda es importante. En estos casos, el hipoclorito no suele ser completamente eficaz para eliminar los ooquistes de Cryptosporidium, parásito
vehiculado especialmente por el agua. En estos casos, aparte de conocer con precisión si se encuentra en el agua, el mejor sistema es una ultrapurificación de la misma, que asegure que los ooquistes se retienen en los purificadores y no pasan al agua de consumo.

Riesgos del agua potabilizada.

Hoy por hoy el hipoclorito y otras sustancias cloradas siguen siendo los desinfectantes de elección y, aunque existan otras alternativas, su sustitución por otro agente no puede ser aplicable en todos los casos por motivos técnicos.
Desde hace poco tiempo se ha señalado el riesgo de acumulación de trihalometanos (THM) en el agua por la combinación entre materia orgánica del agua y derivados halogenados (cloro y flúor entre otros). Se ha llegado incluso a señalar que 600 personas mueren en España por el consumo de estos tóxicos en el agua.
Los THM son compuestos químicos que se forman cuando la materia orgánica
que arrastran los ríos entra en contacto con el cloro en las plantas potabilizadoras, o con cualquier otro compuesto halogenado.
La formación de productos potencialmente tóxicos durante el proceso de cloración se encuentra actualmente en fase de estudio. Los cálculos sobre sus riesgos, se basan en extrapolaciones estadísticas a partir de la constatación de su presencia en algunos ríos en concentraciones que, en determinados puntos de muestreo, alcanzan niveles preocupantes. El número de muertes atribuido, por otra parte, forma parte también de cálculos estadísticos. Hoy por hoy no existe estudio epidemiológico alguno que permita sustentar dicha apreciación, por lo que el riesgo, mientras no se demuestre lo contrario, debe ser considerado teórico. Lo que en absoluto puede considerarse teórico es el riesgo derivado de la no potabilización o higienización de las aguas.
Pese a ello, los beneficios de la cloración están siendo puestos en duda. Incluso Greenpeace, organización ecologista que en muchos sectores está considerada un referente, ha solicitado recientemente que se impida o que se prohiba la cloración del agua.
Sin menospreciar los riesgos potenciales de este proceso, no obstante, parece más indicado realizar esfuerzos en la prevención de su contaminación y no en limitar una higienización que ha eliminado claramente enormes pandemias.

THM y cáncer
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Los riesgos de la cloración derivan de la asociación de THM y determinadas patologías, buena parte de ellas de tipo oncológico. Los THM se han relacionado con tumores de pulmón, de pecho en mujeres y de vejiga en hombres. Pero, según ha podido comprobarse, en el caso de los tumores de pulmón el desencadenante no son los THM formados en el agua de bebida sino los que se forman durante la combustión del tabaco, siendo, al menos en este caso, el tabaquismo el principal responsable.
Respecto al cáncer de mama, los datos no están claros, debiendo pensar en otras causas como son las genéticas, el consumo de tabaco o de otros cancerígenos. Sin embargo, en el caso del cáncer de vejiga, una de las posibilidades podría ser el consumo de THM. Para ello, habría que comparar datos epidemiológicos en relación con diferentes países. Por ejemplo, para el año 2000, en un país como Alemania, donde no se cloran las aguas de consumo y el agua ingerida es embotellada, las tasas por cada 100.000 habitantes de cáncer de vejiga en hombres fueron de 27 casos y en España fue de 44 casos.
En principio, la justificación podría ser la cloración, aunque debe considerarse una perspectiva más amplia. Por ejemplo, que la primera causa de este tipo de tumores es el consumo de tabaco, que en España es muy superior a la alemana. Si comparamos los datos epidemiológicos con otro país como Estados Unidos, donde la cloración es más intensa y se aplica a todas las aguas de consumo hasta el punto que el sabor a hipoclorito incluso es evidente en los cubitos de hielo, sería esperable que los casos de cáncer de vejiga por cada 100.000 hombres fueran muy superiores a los españoles. Pero la tasa es de 30 casos, no existiendo diferencias con los datos procedentes de la epidemiología alemana. ¿Qué sugieren las cifras? Pues que, muy probablemente, el hipoclorito no es el principal responsable de estos tumores, sino otros factores, como el tabaquismo.
Según estos datos, aventurar que en España mueren 600 personas al año por la cloración del agua es un dato cuando menos poco contrastado y extremista que nos puede llevar a perder de vista las enormes ventajas que ha supuesto la cloración para la salud pública de la población española.

Glosario
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Cólera. Enfermedad causada por una bacteria, Vibrio cholerae, responsable de una infección caracterizada por una diarrea muy importante, que puede suponer la eliminación de más de 10 litros de agua diariamente.
Cryptosporidium. Parásito transmitido por el agua que afecta a personas con un sistema inmunitario disminuido, pudiendo llegar a ser mortal en personas como los enfermos de VIH o transplantados.
Carbunco o ántrax. Enfermedad debida a un microorganismo, Bacillus anthracis que cursa inicialmente como una gripe y que llega a producir hemorragias generalizadas en los afectados terminando con la muerte de los mismos.
Trihalometanos (THM). Sustancias químicas que se forman en el agua por la combinación entre la materia orgánica y derivados halogenados, entre otros cloro y flúor.
El Cloro y sus consecuencias en nuestra Salud.
¿Es seguro beber agua del grifo con cloro durante el embarazo? En los últimos años, los medios han planteado cierta inquietud por los posibles riesgos que pueden presentar para el embarazo los productos derivados del agua potable tratada con cloro. El cloro se añade al agua potable para eliminar los microbios que causan enfermedades. No obstante, cuando se combina con otras sustancias presentes en el agua, produce cloroformo y otras sustancias químicas relacionadas llamadas trihalometanos. El nivel de estas sustancias en el suministro de agua varía. Algunos estudios sugieren que el riesgo de aborto espontáneo y de desarrollo insuficiente del feto pueden aumentar cuando los niveles de estas sustancias químicas son elevados, mientras que otros estudios no han comprobado que exista un riesgo mayor. Los científicos continúan estudiando la seguridad de estas sustancias químicas durante el embarazo.
Hasta que se obtenga más información al respecto, se recomienda a las mujeres embarazadas preocupadas por los posibles riesgos del cloro beber agua mineral.

“La
cloración no parece ser el más saludable de los procedimientos de purificación del agua si se tiene en cuenta que el cloro es venenoso, destruye la vitamina E, altera la flora intestinal y puede irritar el estómago.”

Un estudio realizado por el Consejo para la Calidad del Medio Ambiente de los Estados Unidos de Norte América, demostró que el riesgo de cáncer entre quienes beben aguas cloradas es un 93 % más alto que entre aquellos cuya agua no tiene cloro.

"El nivel de sustancias químicas tóxicas ingeridas dentro de la propia casa, ya sea por respirar, comer, beber agua o por absorción de la piel; convierte al hogar en un vaciadero de desperdicios tóxicos de mayor envergadura de la que podría otorgarle ninguna planta química de las inmediaciones. Asimismo, se sospecha que la ducha es la causa primaria de los elevados niveles de cloroformo en casi todas las casas, como consecuencia del cloro contenido en el agua."
Lance Wallace, científico de la EPA (Agencia para la Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos de Norte América).

"Beber agua corriente tratada con cloro, es peligroso sino mortal para su salud. Con solo una simple precaución - beber únicamente agua no clorada - puede salvar a miles de personas de enfermedades del corazón y del cáncer, los dos mayores asesinos degenerativos en los Estados Unidos de Norte América."
Martín Fox, médico ("Aguas Saludables para una Vida más Sana").

"Pero nada, repito, nada, puede negar el hecho incontrovertible de que la causa básica de la ateroesclerosis y de los cuadros clínicos resultantes tales como ataque cardíaco y la forma más común de apoplejía, es el cloro: el cloro contenido en el agua que ha sido sometida a proceso de potabilización."
Joseph M. Price, médico ("Coronarias, Colesterol y Cloro").

"Cuando las aguas naturales son tratadas con cloro y entran en contacto con sustancias con presencia de humus (como los restos vegetales, por ejemplo), se producen los llamados trihalometanos."
Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de Norte América.

"Los trihalometanos en general y el cloroformo (conocido cancerígeno) en particular, se encuentran en el agua potable como directa consecuencia de la práctica de la cloración, medida de salubridad pública aplicada desde largo tiempo atrás para la desinfección del agua potable".
Francis T. Mayo, Director (del Laboratorio Municipal de Investigaciones en Medio Ambiente Estados Unidos de Norte América).

El cloro es universalmente utilizado como desinfectante químico en el agua. El cloro es añadido al agua que consumimos para destruir gérmenes, bacterias y organismos vivos, sin considerar que el ser humano es también un organismo vivo.
Por lo anterior su cuerpo es atacado por el cloro tanto interna como externamente. Estas son las opiniones de algunos especialistas de:
Environmental Protection Agency American Journal of Public Health Sawinaw Hospital.
Environmental Research Laboratories.
Dr. Lance Wallace de Enviromental Protection Agency.

"El baño es sospechoso como la principal causa de elevados niveles de cloroformo en los hogares, producida por el vapor del cloro en el agua caliente."
Dra. Halina Brown del American Journal of Public Health.

"La absorción por la piel de contaminantes ha sido subestimada y la ingestión quizá no constituya el único e incluso, puede no ser la ruta primaria de exposición."
Sr. J.M. Price del Hospital Sawinaw.

"El cloro es el gran lisiador de los tiempos modernos, mientras que ha prevenido epidemias o las ha disminuido, también ha creado otras. Dos décadas después de empezar a clorar nuestra agua, las epidemias actuales son problemas de cancer, corazón e inició la vejez prematura."
Dr. Francis T. Mayo, Director del Enviromental Research Laboratories.

"Sabemos que algunos cancerígenos encontrados en el agua potable es una consecuencia directa de la práctica de la cloronización. Una gran cantidad de los servicios de salud la practican para desinfectar el agua potable."

Después de lo anterior ¿piensa seguir exponiendo su salud y la de su familia?

El sabor del agua
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Teóricamente, el agua es insípida, incolora e inodora, pero todos hemos degustado en alguna ocasión su diversidad en lo que a sabor se refiere. Según explica Agustín Llopis, profesor de la Unidad de Salud Pública, Higiene y Sanidad Ambiental de la Universidad de Valencia, “el sabor depende de la composición del agua y su procedencia geoquímica. Así, los suelos ricos en hierro le dan un sabor característico a herrumbre y algunos sulfatos un sabor amargo, además de producir ciertos efectos laxantes en el organismo”.
El cloro es otro de los elementos que altera la insipidez del agua. El desagradable sabor a lejía del cloro debe evitarse limitando su empleo a lo estrictamente necesario para garantizar la potabilidad. “Se suele aconsejar que se utilicen entre 0,2 y 0,4 partes por millón, aunque en situaciones críticas de epidemia se pueden alcanzar las 0,5 partes”, apunta Llopis. Generalmente, el agua corriente suele contar con algo más de las 0,2 partes, puesto que el cloro tiene que alcanzar este nivel en todos los puntos de la red de distribución del agua y en esta fase se pierde parte del desinfectante.

Proceso de cloración.

En los últimos años se han apuntado otros procesos de desinfección del agua, como el basado en el ozono, pero a diferencia de otras fórmulas, “con el cloro conseguimos eliminar los microorganismos potencialmente patógenos que se encuentran en el agua. Es una de las fórmulas más eficaces y baratas que están a nuestro alcance para asegurar el consumo del agua”, expone Agustín Llopis. La clave está en la secuenciación del tratamiento del agua: “Hace unos años, en Estados Unidos se observó en determinadas ciudades de las cuencas de los grandes ríos, que entre sus habitantes había una mayor incidencia del cáncer. Los análisis del agua corriente demostraron que existían más de 300 compuestos, entre los cuales había halogenados (en el que participa el cloro), y algunos de ellos se consideraban cancerígenos”, relata Llopis.
La Organización Mundial de la Salud se alarmó al comprobar que era el propio cloro el responsable de la aparición de estos elementos cancerígenos, al interactuar con los materiales orgánicos que contenía el agua. “El fallo de este proceso reside en que se aplicaba el cloro prácticamente desde el primer momento de la recogida de agua. En pocas palabras, se utilizaba la técnica de precloración existiendo una cantidad importante de materia orgánica en el agua. Si la cloración se emplea como tratamiento terciario, es decir, al final del proceso, con unos niveles de materia orgánica muy pequeños, el peligro para la salud prácticamente no existe".

"Beber agua del grifo que está desinfectada por medio de Cloro es peligroso y acaso hasta mortal para su salud. La simple precaución de beber sólo agua que no está desinfectada por medio de Cloro podría salvar a miles de contraer enfermedades del corazón y cáncer". "Thrialometanos en general y en particular cloroformo (un conocido cancinógeno), se encuentra en el agua
potable como consecuencia directa de la práctica de cloración, la cual se estableció mucho tiempo atrás a fin de promulgar buena salud mediante la desinfección del agua potable.". Martín Fox, PHd.

"El Cloro es el mayor incapacitador y asesino de los tiempos modernos. Es un veneno traicionero. La desinfección del agua potable por medio de Cloro, es la causa principal del endurecimiento de las arterias, enfermedades del corazón, senilidad, apoplejía y otras enfermedades degenerativas" Joseph M. Price. Doctor en Medicina, Coronarias, Colesterol y Cloro.